Como pase de quererte
A olvidarte
Sin saber de que modo
No pensarte
Esperar de ti mucho
Y resignarme
Con dolor en el alma
Relegarte
Y pienso en el sueño
Hoy perdido
De vivir junto a ti
Y de esperarte
Pero dolió el tiempo
Y también calmarme
Fue un enorme trabajo
El apartarte.
Este pequeño poema, va dedicado a la persona que me hizo más fuerte, que me hizo tener el valor de decirme a mi misma NO, que me hizo sentir el dolor que produce hacer sufrir a alguien que de verdad quieres…y es cierto, dejar al orgullo o dignidad pasar por encima del amor es algo muy difícil, mas cuando la persona que quieres también sufre, pero a veces es necesario educar a ese niño rebelde que llaman amor, y hay que quererse a uno mismo también y no dejar que otra persona juegue con lo mas valioso que uno tiene: el amor para brindarle a los demás.
Esto solía pensar yo hasta hace poco, sin embargo, una noche regresando a mi casa en un taxi, el conductor me empezó a hablar y entre semáforos y lluvia, llegamos al tema del amor y del apego. Cuando me preguntó por mi primer amor, le dije que el sujeto en cuestión era la única persona que me hizo sentir los dos sentimientos mas sublimes: el amor y el odio.
Mientras yo le contaba al taxista cómo este personaje me había decepcionado, cómo me había llevado del cielo al infierno en sólo una semana, y mientras me mofaba alegremente de cómo había puesto mi orgullo por encima y lo había apartado de mi vida de la manera mas agridulce, el conductor se reía en tono de burla y pronunció las siguientes palabras: ¿Cómo dejaste ir a la única persona que te hizo sentir amor y odio? Entonces yo, en medio de mi indignación, me defendí con el argumento que uno tiene que darse su lugar, que la gente no puede ir jugando con los sentimientos de uno, que yo había sido una dulzura y a cambio me habían partido el corazón, por tanto el sujeto se merecía mi desprecio y posterior olvido…pero nada de esto convencía al taxista, lo cuál hizo que la amena conversación se convirtiera en un severo tribunal dónde se me acusaba de no haber tenido el valor y la humildad de luchar por lo que yo quería.
No mentiré que hasta ese día, consideraba una victoria haber sido capaz de apartar a mi primer amor, de decirle que no a todas sus invitaciones postreras…me sentía la reina de las ironías cada vez que con un comentario de doble filo, le devolvía un pedacito del dolor que me había causado, hasta el punto de no volver a saber nada de él; pero justo en ese momento, todo lo que antes era una victoria, se convirtió en un acto egoísta y orgulloso. El taxista me dijo que si yo de verdad lo quería tanto, estaba en la obligación de hacerlo entender que no tenía por que dudar de lo que sentía, que tal vez era mejor salir con él y hacerme vulnerable en vez de poner mi orgullo al frente de la batalla…el taxista decía que había perdido mi primer amor por exigirle que no sintiera miedo sin siquiera darle la confianza suficiente para que no temiera nada…por no decirle cuanto lo quería aun después de que me hubiera hecho daño, simplemente “para que no se le subiera el ego” y me dijo que era mi culpa el haber perdido tanto tiempo tratando de olvidarlo, sacando fuerzas para “educar a ese niño que llaman amor” en base al dolor que generaba obligarlo a morir.
En resumidas cuentas: me partieron el corazón, por primera vez sentí ese dolor, y yo tenía que en vez de odiar, seguir amando…suena tan ilógico…yo creo que aún no lo comprendo, pero bueno, no creo que una simple mortal como yo pueda entender algo divino como el amor…
Honestamente, no sé que concluir…yo aún sigo con mis buenos argumentos, y me imagino que el señor taxista también sostiene los suyos, pero este señor, me puso a pensar mas que sócrates…y ha sido el único desconocido al que le he confiado mi vida y me ha sabido tocar las fibras mas internas… como dice una canción de una banda que la verdad no me gusta mucho (perdón para los lectores que sean fans de esta banda) “cuanto dí sin esperar, no no no, ya no sé ni que pensar”
Comentarios
Valió la pena sentir ese gato respirandome en el cuello...
el primer amor, el verdadero amor, a veces toma tanto en llegar y tan poco en partir...