Lo más interesante de viajar, cuando uno no acostumbra salir mucho de estas bellas montañas, es empezar a imaginarse las situaciones, las imágenes, los hechos, los detalles…yo soy de las que empieza por imprimir el mapa y buscar en google todas las cosas interesantes que pueda hacer en el destino al que me dirijo y empiezo a ver todas esas fotos que aparecen y a construir imágenes mentales sobre el lugar.
Para ir a Ecuador, google earth me ayudó en el propósito. Después de imprimir el mapa y de darme cuenta por alguno que otro blog, que iba a tardar 30 horas en llegar por tierra desde Medellín hasta Guayaquil, decidí sacar algún par de zapatos de mi maleta y reemplazarlos con agua, cereales y otro sin fin de paqueticos….no empaqué mi libro de Harry Potter para practicar el Inglés por que me mareo leyendo en los buses…
Me despedí de mi papá, mi tío y Dani, mi roomie, y llamé a mi mamá que estaba en Bogotá…una despedida bastante rápida, como si fuera saliendo para la universidad con una maleta monumental…y una mochila de Dani, donde iba la que horas mas tarde fuera mi mejor amiga por un mes…la cobija de viaje.
Yo me despedí de mi familia muy tranquilamente…la niña sale del país y a ninguno parece importarle tanto…incluso a mi…pero cuando llegué a
Cuando dicen que uno “conoce más cuando viaja por tierra” entienda mi amigo que le mienten vilmente…Lo único que usted conoce en treinta horas de viaje por tierra es pavimento, muchas montañas, y terminales de transporte…Por cierto, deberían legislar que todas las tiendas de las carreteras tengan el nombre del lugar al que pertenecen…así al menos uno sabría donde va después que se despierta en intervalos irregulares de tiempo. Eso sí, maratón de sueño en el bus colombiano! Cómodos si son, no lo niego, pero después de 19 horas en un asiento, no hay músculo que funcione correctamente, y uno aprende a acomodar la cabeza en todas las formas posibles y a mover los pies por el reducido espacio que hay entre una silla y otra.
Al llegar a Ipiales, taxi para la frontera, el puente de Rumichaca. Allá uno muestra el certificado del DAS o el pasaporte y luego lo acechan “maleteros” que tratan de cobrarte 20 dólares por ayudarte con las maletas. El descaro no tiene nacionalidad!
Luego, otro taxi a
Yo siempre he vivido de cerca el que miren a los extranjeros con cara de bichos raros, por que vivo con una niña de Alemania y por que en AIESEC siempre hay entrenados de muchos países con los que salgo variada vez, pero nunca me había tocado a mi…Es super extraño que la gente lo mire a uno de arriba abajo y que empiecen a preguntarte cosas sobre tu lugar de procedencia, tus motivos de viaje y bueno, para especificar más aún a que te pregunten por la cirugía plástica en Medellín, si hay tantas siliconas como cuentan, si en verdad se acabaron los sicarios y todo este temita tan harto de la historia patria….
Las cosas en Ecuador son diferentes…los buses no eran tan chéveres como los Bolivarianos de Colombia, pero como llegué de noche y hacía mal clima, eran suficientes para seguir la hibernada a la que me estaba acostumbrando. En ecuador la policía baja a todo el mundo de los buses en viajes intermunicipales…por poco me hacen revisar la maleta una vez mas…estaba de mal genio!! La primera revisión fue en la frontera, donde el estúpido guardia se puso a contar mi dinero y a ver que era lo que escribía en mi agenda personal!! Te sacan todo….y es un fastidio total…ahora, después de dicha invasión, pretenden que en cada bus que tomes, pase lo mismo…
Luego de pasar mucho tiempo en este bus, finalmente llegué Quito, donde hacía un frío endemoniado, que ni mi cobija ni mi saco ni ninguna prenda podía quitar! Allí conocí un alemán que hacía trabajo social en una pequeña ciudad, por que si digo coqueto me quedo corta!! No llevábamos 20 minutos de viaje y el monito este ya estaba tocándome la mano jajaja, pero bueno, considerando que él y yo éramos los unicos blanquitos en todo lo que ya había visto de Ecuador, pienso que sintió que teníamos algo en común jajaja
Lo que más me impresionó del viaje fue la sensación de estar en Colombia hace 20 años o mas…eso parece, eso incitan los pequeños pueblos que uno cruza…la gente se ve muy pobre, los buses son viejos, las calles muy empolvadas, los mercados no se ven limpios, pero a pesar de todo, es hermoso. Es una cultura tan marcada, unos paisajes tan simples y bellos, como un cuadro colonial, plagado de columnas en cada construcción.
Guayaquil es otra historia, una ciudad muy bonita, muy colonial, con unos ríos inmensos que la cruzan, cada uno con espectaculares malecones. Si uno sufre de fobias o alergias a los insectos, el malecón del Río Guayas es el último lugar que debe frecuentar, por que aunque es hermosísimo, está plagado con los escarabajos, cucarachas, grillos y otro montón de especies de tamaño exagerado…mientras uno camina, siente que está pisando paquetes enteros de galletas cracker, sin contar las sacudidas de cabeza para ahuyentar a los escarabajos kamikazos que te embisten sin piedad!
Fui a Guayaquil por que me aceptaron un artículo en un congreso de Ingeniería de Software…allí conocí el campus universitario más grande que he visto, el Campus Prosperina de
Luego de pasar cuatro días en Guayaquil, partí hacia la costa pacífica Ecuatoriana, donde pasé las mejores dos semanas de mi vida….mi próximo post será la continuación de este relato!
Comentarios
Pd. Gracias por tomarte la molestia de contestarme.