Pedí saber cuál era mi lugar y dónde debía estar y la respuesta fue muy simple: No puedes saber dónde debes estar, por que la vida es precisamente esa búsqueda, sin embargo si puedes saber dónde NO debes estar, y esa iluminación me causo mucho dolor.
Es triste saber que las personas que antes te causaban tanta felicidad, de un momento a otro te causen dolor y esto es lógico, ya que tu corazón está al lado de ellas y cuando cambian y se transforman en alguien que no conoces, sientes la pérdida y el vacío.
Es difícil poner tu corazón en los amigos y que ellos no confíen en ti en sus malos momentos, es muy decepcionante cuando la confianza que les brindas le abre la puerta al irrespeto y aún peor, cuando al ser tú la única persona que de verdad se preocupa por ellos eres el primero sobre el que pueden volcar su rabia o su mal genio.
Es triste imaginarte el futuro junto a alguien y cuando al fin decides empezar a construirlo, darte cuenta que esa persona es todo, menos lo que tu imaginaste.
Es muy difícil asumir que tu familia no sería el mejor ejemplo para poner en una serie de televisión y que las personas que más amas pueden ser egoístas y estar muy desorientadas en su vida, y verlos arruinar su futuro, sembrar soledad y desamor y no poder hacer nada más de lo que ya has hecho…sólo ser el espectador.
Y sí, me siento muy triste por todo eso, pero a la vez, siento que a través de estas vivencias es que puedo construir una vida más feliz. No podré saber cuál es mi lugar, pero al menos si tengo muy claro dónde no debo estar, que personas debo dejar de apreciar tan profundamente, que deseo para los que me rodean y en dónde no poner mi corazón y eso es un logro para mi, por que aunque camine hacia una meta lejana, gracias a todo lo anterior puedo vigilar mis pasos en este sendero y escoger cúal será el terreno mas firme para ir avanzando hacia ese bienestar que realmente, siento muy lejos.
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